La habitación de nuestros hijos es un espacio que debe estar decorado con demasiado cuidado, ya que es ahí donde los pequeños dejan volar su imaginación, descansan, juegan y, sobre todo, es lo primero que sus ojitos verán cada mañana. No obstante, es importante aclarar que aunque muchos consideren que la pintura para las paredes del cuarto del niño deben ser azules y las de la niña deben ser rosadas, hay muchos más elementos que se esconden detrás de aquel argumento tan obsoleto.
Te puede interesar: ¿Qué color elegir para pintar tu estudio?
En este orden de ideas, a continuación, hablaremos sobre algunas consideraciones que pueden ayudarte a darle un mejor aspecto a la habitación de tus hijos:
Los colores
Pese a que muchos relacionan a los niños con colores vibrantes, los expertos han demostrado que el uso excesivo de dichas tonalidades puede llegar a ser contraproducente, causando cansancio, dolor de cabeza, estrés o hiperactividad. Por esta razón se debe optar por utilizar colores neutros contrastados con medidos toques de vitalidad.
En otras palabras, puedes crear ambientes agradables con pinturas de tono madera y arena, complementado con cortinas rosa, verdes o azules, cubrelechos vivos y muebles ébano. Claro está que todo puede variar según tus gustos y los de tu hijo, pero una paleta basada en el equilibrio hará que tu pequeño se sienta cómodo y más tranquilo.
Elementos decorativos
Como lo dijimos anteriormente, elementos como las cortinas, los muebles y el cubrelecho de la cama juegan un papel importante a la hora de fomentar un ambiente acogedor en la habitación. Sin embargo, tratándose del despacho de un niño, también puedes optar por utilizar percheros, colgantes y cuadros que hagan alusión a la felicidad, el juego, los juguetes y a la imaginación.
Esto hará que el niño quiera permanecer en su habitación jugando y creando su propio mundo antes de salir y hacer desastres en la sala u otras estancias donde el orden es fundamental.
Utiliza a sus personajes favoritos
Otra forma de invitar al niño a sentirse a gusto en su habitación es reflejando su personalidad mediante el uso de sus personajes preferidos. Como padre debes conocer sus gustos, así que no hay nada de malo en utilizar dibujos animados de su serie favorita, de un videojuego, libro o colección de juguetes.
Sea lo que sea, el uso de dichos personajes hará que tu pequeño sienta más aprecio por su entorno y lo que has hecho por él.
Crea un entorno lúdico
Algunos padres queremos que nuestros hijos alcancen todo su potencial, por lo que optamos por crear entornos donde ellos puedan jugar y crear sin límites. El uso de pizarras, juegos y otros elementos lúdicos entre la decoración de la habitación los invita a crear y personalizar su entorno según sus gustos y, en poco tiempo, verás cuáles son los intereses de tu pequeño y cómo empiezan a florecer.
Juega con la iluminación
Algo tan importante como la iluminación no puede ser pasada por alto, de modo que debes tener en cuenta qué tipo de lámparas estás utilizando en la habitación de tu hijo, así como las ventanas y la cantidad de luz que entra por éstas. Es importante tener una habitación luminosa de día y acogedora de noche, de modo que debes buscar los mejores colores de pintura para las paredes que promuevan un ambiente ideal para las actividades del niño.
Pinta junto a tu hijo
Una actividad importante es permitirle a tu hijo realizar algunos retoques a su entorno, de modo que estará en libertad de hacer un dibujo, escribir algo o crear un patrón en la decoración de las paredes. Esto no solo refuerza los lazos entre tú y tu hijo, sino que le dará un toque personal a la habitación y él se sentirá más cómodo de estar en un espacio que reconoce como propio.
Por último, aunque se trata de niños debes recordar que la saturación de elementos y color es algo completamente negativo, por lo que todo debe estar cuidadosamente ubicado y decorado. Asimismo, ten en cuenta la importancia de la seguridad, por lo que debes utilizar alfombras que prevengan deslizamientos, cubiertas en esquinas sobresalientes, protectores en las tomas de corriente, etc.